LA ESPOSA
CONCILIADORA ES INTERIORMENTE HERMOSA (3:3,4)
Pedro
aconseja a las esposas que tengan belleza interior. Sin embargo, a veces no se
han entendido bien sus palabras acerca de la belleza exterior. Pedro no prohíbe
que la esposa se vea bien exteriormente; sencillamente dice que la verdadera
belleza es interna, “del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu
afable y apacible, que es de gran estima delante de Dios”.
Cuando
una esposa tiene un esposo difícil, ella pudiera dejar que su belleza interior
desaparezca volviéndose porfiada, hostil, agresiva en un sentido desagradable o
dominante. Sus intentos de cambiar a su esposo degeneran en continuos regaños.
Cuanto más regaña ella, tanto más él se resiste.
Pedro
dice que la esposa debe tener un espíritu afable y apacible. Un espíritu
apacible no significa una personalidad pisoteada ni quiere decir silencio;
significa un espíritu en reposo.
Hace
años, la difunta Alice Reynolds Flower, una madre precursora en el
pentecostalismo y en las Asambleas de Dios, escribió un libro acerca del
matrimonio titulado The Home: A Divine Sanctuary [El
hogar: un santuario divino]. Cuando era adolescente, me gané ese libro en un
concurso. De todos los jóvenes, tomé las mejores notas de los mensajes del
pastor acerca del noviazgo y del matrimonio.
Cuando
crecí y llegué a conocer a los Flower, me di cuenta de que la frase — un
santuario divino — describía su propio hogar. Cuando usted
entraba en su modesta morada, siempre sentía tal presencia de paz. ¿Por qué?
Porque había gran amor, mucha oración y servicio humilde a Jesucristo y a la
familia.
El
apóstol Pedro ruega a las esposas que hagan de sus hogares santuarios divinos.
Mi propia madre ejemplificaba eso. Levantándose todos los días antes de la
aurora, pasaba las primeras dos horas del día en la oración y en la Palabra.
Ella hizo de nuestro hogar un lugar de paz, y era una mujer hermosa porque
tenía un espíritu afable y apacible.
CONSEJO AL ESPOSO
Sin
duda, toda iglesia tiene matrimonios con conflictos. Y si se dijera la verdad,
muchos de los que tienen credenciales de ministro tienen matrimonios con
conflictos.
William
Barclay comentó: “Cualquier matrimonio en el que todos los privilegios están en
un lado y todas las obligaciones están en el otro está destinado a ser un
matrimonio imperfecto con muchas probabilidades de fracaso.”
Acto
seguido, Pedro habló a los esposos (3:7). Es cierto que dedicó seis versículos
para hablar a las esposas, y sólo uno para hablar a los esposos, pero rellenó
ese único versículo con un buen consejo.
EL ESPOSO
CONCILIADOR MUESTRA CONSIDERACIÓN ATENTA POR SU ESPOSA
Observe
que 3:7 y 3:1 emplean palabras con el mismo significado: “asimismo” e
“igualmente”. ¿Cuál es el antecedente de “igualmente”? El ejemplo de Cristo.
“Para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros,
dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas” (2:21).
El
esposo y la esposa deben tomar el modelo de su respuesta del uno al otro
conforme a la respuesta de Cristo. ¿Cómo Jesús trataría al esposo de usted?
¿Cómo Jesús trataría a la esposa de usted?
Puedo
decirle algunas cosas que Jesús nunca le haría a la esposa de usted. Él nunca:
- la maldeciría.
- le gritaría.
- la insultaría.
- la golpearía.
- sería rudo con ella.
- le echaría bravuconadas.
- la trataría como una esclava.
- la mandaría a callarse.
- le permitiría o le exigiría que le hiciera de
sirvienta.
- le daría el tratamiento del silencio.
- le insistiría en que sus exigencias se cumplan
sin consideración de las propias necesidades de ella.
- le sería infiel.
Hace
varios años un amigo no quiso asistir a la boda de un destacado autor cristiano
que se había divorciado de su esposa sin una razón justificada en la Biblia y
ahora se casaba con otra mujer. Cuando mi amigo le planteó el asunto cara a
cara, este autor respondió: “Bueno, no puedo entender por qué Dios no querría
que yo fuera feliz”.
¿Qué
le sucedió a ese hombre? Apartó sus ojos de Jesús y falló en tratar a su esposa
como Jesús lo haría. ¿Cómo trataría Jesús a la esposa de usted?
Él le daría una forma a la respuesta que
deseaba. ¿Quiso Jesús que sus discípulos
aprendieran a ser siervos? En vez de sermonearlos, les mostró cómo servir al
tomar una toalla y lavarles los pies. Aunque la autoridad era suya por derecho,
se la ganó. Así como hay quienes quieren un doctorado honorífico sin tener que
trabajar para ganárselo, algunos esposos quieren el título de cabeza del hogar,
pero nunca se lo han ganado.
Él iniciaría la comunicación y la
reconciliación. ¿Quién repara la
relación entre Jesús y Pedro después de la triple negación de Pedro? Jesús.
Después de su resurrección, se le apareció personalmente a Pedro. Si el esposo
va a seguir las huellas de Jesús, le corresponde al esposo dar los pasos
necesarios para resolver los problemas en un matrimonio. ¿Por qué casi el
ochenta por ciento de los que reciben consejo por dificultades en el matrimonio
son esposas en vez de esposos? Los esposos tienen que tomar la iniciativa en
reparar el daño conyugal y no dejárselo a la esposa.
Él mostraría responsabilidad, daría
seguridad, y tomaría la iniciativa en mostrar ternura. Jesús
no llegaría a la casa después de un día de trabajo, se sentaría en una butaca,
y comenzaría a ladrar órdenes. Él descollaría en amar a otros, y siempre
buscaría las maneras de ayudar, fortalecer, y animar.
Acercándonos al Día de la Madre en Centroamérica (Costa Rica) aprovechamos este devocional, porque Tu eres una Mujer Hermosa!!
Fraternalmente,
Su amiga y hermana en la fe de Cristo.
Hellen Peralta