"Examinadlo todo, retened lo bueno"
I Tesalonicenses 5:21
Alguna vez sus padres le dijeron: "Lo vas a entender cuando seas grande, o lo comprenderás cuando seas mayor de edad?". El pasaje de la Escritura que estudiamos hoy trata sobre el nivel de entendimiento que viene con la madurez: es decir, madurez espiritual.
El versículo 11 del capítulo 5 de Hebreos está dirigido a ser "tardos para oír". Los versículos que siguen no dicen que estas personas deberían ser maestros en lugar de ser oídores porque ellos habían escuchado la Verdad y la conocían. En su lugar, eran como bebés que necesitaban leche y no estaban listos para la comida sólida (versículo 12). El versículo 14 concluye esta discusión como sigue:"pero elalimento sólido es para los que han alcanza madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal ".
Que significa "Entrenar los sentidos" para discernir el bien y el mal? Significa que mientras buscamos ser cristianos maduros, debemos confiar en el Espíritu Santo para que nos ayude a filtrar aquellas cosas que entran a neustra vida por medio de la sabiduría de Dios.
Debería ser nuestra meta el ver, oír y sentir las cosas que Dios hace, y responder de una manera que le agrade a El. Y aunque la verdadera madurez espiritual requiere de tiempo, crecimiento y experiencia, debemos movernos siempre hacia adelante en nuestro caminar por el Señor. Discernimiento espiritual es el resultado natural de una creciente relación con Jesucristo. Si tu no tienen una relación estrecha de compromiso y dedicación con el Señor es probable que no des pasos de crecimiento.
Le invito a que saque un tiempo de refrigerio espiritual. A sólas con nuestro Padre celestial. El desea que tu crezcas. El desea que tu le conozcas. Para lograrlo debes memorizar versículos biblícos, oir, leer, estudiarlos, escudriñar y meditar acerca de la Sagrada Escritura, .Después de todo, El desea que seamos hacedores de Su palabra y no oídores.
Fraternalmente,
Su amiga y hermana en la fe de Cristo Jesús,
Hellen G. Peralta