Cuando se habla de siervo debemos de tener presente que la
palabra siervo significa ser esclavo de un señor, persona sometida totalmente a la autoridad de otra,persona que sirve a Dios y guarda sus preceptos.
Pero como se mide el corazón y la disposición de un siervo?
Por su actitud ante los logros, los éxitos y los
avances? Por la manera cómo es admirado por la gente y los seguidores? Por
cuántos votos logra en las asambleas y convenciones cristianas? O, quizá, por
cuantos programas de televisión tiene o por cuan grande es la mega iglesia que
pastorea?, Será acaso por la entrega en asumir grandes responsabilidades y de la forma de iniciar nuevos retos? NO, el corazón de un siervo se mide
por la disposición a ser examinado durante la obra y al terminar la obra.
El corazón se mide por la actitud que tiene cuando
necesita entregar el cargo a otro. Samuel demostró su verdadero corazón cuando
le entregó el pueblo a Saúl, primer Rey de Israel. Samuel fue el último de los
jueces de Israel. Los jueces fueron individuos que ejercieron de gran influencia sobre las tribus de Israel
por su fuerte personalidad, estatura moral y el hecho de tener acceso directo a
Dios. El corazón de Samuel se pudo ver el día que él dio su discurso final ante
el pueblo para entregarle la dirección de Israel a Saúl. En el corazón de
Samuel había una total disposición para Dios y para el pueblo y de ello nosotros necesitamos
aprender como siervos para renovar plenamente la disposición.
Veamos juntos al pasaje de I Samuel 12:1-5 para
estudiar esta dispoción. En este pasaje Samuel no solo clarificó su propio
poder mas se coloco como ejemplo ante Saúl .En sus últimas palabras antes de
marcharse Samuel demostró:
I.LA DISPOSICION DEL SIERVO A ESCUCHAR
“He aquí, yo he oído vuestra voz en todo cuanto me
habéis dicho, y os he puesto rey”-I Samuel 12:1.
Como siervos necesitamos aprender a escuchar al
pueblo, sin embargo antes de aprender a escuchar al pueblo necesitamos aprender
a escuchar a diios. “Y dijo el Señor a Samuel :Oye la voz del pueblo en todo lo que te digan, porque no te han desechado a ti, sino a mí me han desechado , para
que no reine sobre ellos”- I Samuel 8:7.
Cuando
aprendemos a oír a Dios, él nos guiará para que oigamos a los que El quiere que
oigamos. Es difícil escucha todo, pero necesario a veces. Es más fácil escuchar
lo dulce, pero difícil escuchar lo que sabemos que no tiene sentido, pero a
veces es esencial oír eso.
Un buen siervo sabe escuchar, si queremos renuevo de
plenitud de la disposición, estemos dispuestos a escuahr el pueblo sin temor ni
angustia. Muchas veces como líderes tenemos miedo de escuchar lo que el pueblo
quiere decir.
Mañana, aprenderemos acerca de la DISPOSICION DEL SIERVO A REPRODUCIRSE.!!.
Fraternalmente,
Su amiga y hermana en Cristo Jesús!
Hellen G. Peralta
Nota: Autor Dr.S.Contreras